Hoy en día vivimos inmersos en situaciones de cambio constante, en el trabajo, en la familia, en la sociedad, en la manera de consumir, de bailar, de escuchar, en casi toda nuestra cotidianidad se nos imponen cambios, casi se nos obliga a ellos. Algunos expertos en salud mental afirman que la necesidad de Re-inventarse nace de situaciones externas ya sean positivas o negativas (generalmente) las cuales nos exigen cambios de manera inesperada. Es casi fruto de una «revelación» que me exige transformarme, a modificar mis gustos, aficiones y hasta relaciones. Modifica conductas, dicen es necesario. Conocemos que los procesos de cambio súbitos nos llevan a recorrer procesos mentales que van desde la negación, pasan por la resistencia, para darle paso al optimismo y exploración de nuevas opciones, hasta su evolución final evidenciada en nuevos compromisos, que traen nueva aceptación y orgullo renovado.
¿Qué beneficio podemos sacar de esta necesidad de cambiar constantemente?
Pues abrirnos paso hacia un futuro más interesante y satisfactorio. Una oportunidad de visión creativa que renueve la estrategia para conseguir nuestros propósitos o quizá renovarlos. Si hay que cambiar fruto de una crisis, estas siempre terminan configurando una nueva ventana de oportunidad para quien las experimenta.
¿Será suficiente re-inventarse?
En mi opinión no lo es. Es justamente la velocidad de los cambios “impuestos” la que nos lleva a, muchas veces, mutar a personajes que no somos y no queríamos ser. Hay que tener claro que los grandes cambios, que nos exige un entorno más cooperativo es la capacidad de gestionar nuestros pensamientos (citado por Jimmy Azama, mi trainer en Programación Neuro Lingüística) Así como las organizaciones gestionan aprendizaje, los individuos debemos aprender a gestionar nuestro propio desarrollo, explotando al máximo nuestro potencial. Jimmy agrega “El sistema de gestión, sea personal o de una organización, que no tenga en cuenta los sentimientos y las esperanzas de las personas, no funcionara” La respuesta a la pregunta en este párrafo reitero es NO, no es suficiente re-inventarse es necesario primero re-descubrirse.
¿Qué caracteriza al re-descubrimiento?
En el re-inventarse hay implícito un abandono de algo, una huida. El re-descubrirse implica introspección, búsqueda, lucha. No es posible hacer cambios desde el “personaje” que fuimos creando en las continuas re-invenciones, hay que hacerlas desde el SER y no solo presionados por el HACER y el TENER que son los principales drivers de la a re-invención. Los grandes cambios, los trascendentales se realizan desde el SER y para llegar a eso debemos ser conscientes de las respuestas no están en el exterior, sino dentro de nosotros mismos.
Más adelante, en un próximo artículo abordaremos las herramientas con las que contamos para re-descubrirnos, ahora el reto preliminar es tomar conciencia.