Finalmente y luego de dejar algunos proyectos de artículos inconclusos (procastinando) la navidad fue mi motivación para hacer una entrada al blog.
Navidad, para los católicos es tiempo de esperanza, de fe y de dar. Esperamos la noche buena para reunirnos con la familia y poner la cena en la mesa, esperamos los regalos (aun cuando digan que es para los niños, el niño dentro de los adultos también espera un regalito) tratamos de dar de distintas formas algo más que lo cotidiano.
¿Por qué sucede todo esto? ¿Es el «espíritu» de la navidad? Yo quiero pensar que sí, más allá del sucumbir a la propuesta frívola oculta en un mensaje publicitario para regalar-entiéndase comprar- tal o cual cosa que haría «feliz» a alguien, creo que muchos corazones por más fríos que sean, se motivan con el Espíritu de la Navidad.
Creo que ese espíritu está siempre allí y le damos tregua para recordarnos cuán sensibles somos en esencia.
No es coincidencia que las tres virtudes teologales católicas sean la esperanza, la fe y la caridad. Estás junto con las naturales configuran la imagen del hombre a semejanza de Dios.
El tiempo de adviento nos prepara (a esperar) y estimula para recibir la navidad, el nacimiento de Jesús, la llegada de dios a los hombres. Nos pone ejemplos de espera , fe absoluta y darlo todo. La imagen de la virgen María es el gran ejemplo de estas virtudes.
Si la esperanza es la virtud que nos alienta a creer, a confiar, más allá de lo está en nuestras manos. Es la que nos hace pasar de ser la suma de sucesos a existir como hijos de dios con propósitos, entonces no dejemos espacio para lo que por defecto se opone a ella, la desesperanza. Tampoco para la presunción a la que por exceso nos lleva el consumismo.
Aprovechemos el Espíritu de la Navidad para esperar lo mejor (para soñar y planear) para fortalecer nuestra fe en Jesús (y en nuestros proyectos con su ayuda) y para reflexionar en cual es nuestra manera de dar (de servir a nuestros clientes y prójimo) de trascender más allá de nuestras necesidades.
Les deseo una Navidad llena de ese espíritu, llena de amor y gracia. Llena de Jesús. Feliz Navidad para todos!